15 segundos cambiaron el presente
--> Siempre ha sido engorroso ir al banco. Cambiar un cheque o por alguna otra gestión, así que cuando generalmente que me toca ese tipo de actividades me aseguró detener siempre un libro para no desperdiciar el tiempo mientras espero mi turno para ser atendido ya sea en la cola o en un asiento de espera. Pero en aquella ocasión mi libro no me sirvió, solo el esferográfico que tenía en el bolsillo de la camisa. Como todo acontecimiento tiene un principio, esta historia nace porque mi vida laboral me exige salir de viaje y en muchas ocasiones sin estar prevenido; aquel día, en horas de la tarde se me indicó que debía ir a cierta población al interior de la provincia. Revise mi dinero en efectivo disponible, apenas tenía 15 dólares; con eso me era suficiente para ir y volver en el cumplimiento de lo encomendado. Luego me tocaría hacer toda la tramitología en la oficina para recuperar ese dinero, subsistencias por más señas. Así que en la madrugada siguiente fui hasta la